Usted se dirige a un nuevo empleado para decirle que ha vuelto a enviar, una vez más unos documentos a un destinatario equivocado. Para su sorpresa, él le dice molesto: "Siempre me echan las culpas de todo", usted le dice:
-¿Qué? Pero tranquilo, yo no lo estoy culpando de "todo," solo le estoy diciendo que volvió a enviar los documentos a otro destino, y preguntaba si tal vez es que no sabe cómo hacerlo o si ocupa ayuda. No tiene porque molestarse conmigo si yo no lo he culpado de nada.
-¿Qué? Pero tranquilo, yo no lo estoy culpando de "todo," solo le estoy diciendo que volvió a enviar los documentos a otro destino, y preguntaba si tal vez es que no sabe cómo hacerlo o si ocupa ayuda. No tiene porque molestarse conmigo si yo no lo he culpado de nada.